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miércoles, 11 de mayo de 2011

Reflexión para sanar las diferencias.

“El Sendero de la luz en otros”, un capitulo del libro “Maximízate, Diez caminos para lograr todo tu potencial” de Bob Mande me inspiró. Es interesante revisar cuanto de luz y oscuridad podemos ver en los demás… Qué tan fácil o cuan complicado se nos hace ver la Divinidad en otros. Aprendemos que todos somos hijos de Dios, en la india el saludo Namaste es igual a “reconozco la divinidad que hay en ti y en mi”, los Mayas se saludan con In Lakech, Yo Soy otro Tu. Cualquier filosofía o religión nos invita a mirarnos como hermanos iguales pero por la creatividad e intereses del mundo existen las clases sociales, las religiones, los colores políticos, entre otras, que alimenta la creencia de las diferencia y la separación. Lo curioso es que todos nacemos bajo el mismo acto mágico que da la vida y aun así nos creemos distintos al pertenecer a familias con determinado apellido, llevar un color en la piel o hasta una nacionalidad… Definitivamente esta creencia, la de estar separados y ser diferentes, es una de las limitaciones que venimos a trabajar, a transformar, a vencer… Citare estas líneas de Bob para luego seguir:

“Es importante que reconozcas lo sagrado en otros, tanto para tu propio progreso como para el de los demás. Sentir que llevas una luz exclusiva dentro de ti te separa de la humanidad, lo cual te excluye de conexiones que son vitales para tu propio desarrollo. Permitir a unos pocos individuos entrar en tu circulo, reconociendo su divinidad junto a la tuya propia, es una mejoría, pero aún te deja incompleto. Cuando honras lo sagrado en todos es cuando el circulo de luz se refleja completamente dentro de ti, y es entonces cuando ves a toda la humanidad como tu familia sagrada – cuando afirmas la totalidad de tu propio espacio sagrado.

El miedo, la incertidumbre y la ignorancia puede llevarnos a buscar espacios que aparenten ser más seguros, incluso a encapsularnos y esto solo nos aleja de la realidad. El miedo a ver, a oír y a experimentar con espacios, personas o situaciones, que están fuera de nuestras creencias no nos da mucha oportunidad a crecer y Ser.

Esa luz que no podemos ver en los demás tiene que ver con la oscuridad que aun existe en nuestros espacios mas íntimos… ¿Ya no ves la belleza de una ciudad? ¿Todo te parece complicado o injusto? ¿Realmente crees que hay personas que no valen la pena? Todo esto tiene que ver con el cuento que te cuentas… la perspectiva del observador cambia de acuerdo a su conciencia y esta a través del conocimiento.

Abrir el corazón para desatar ciertas ataduras del alma nos invita a espacios de Amor y Paz, donde podemos sanar a través del perdón y a así llevar a esas personas o situaciones a espacios de luz… entonces Dios no solo los toca a ellos sino que se afianza en ti, lo renuevas en tu vida y esto nos fortalece.

También es importante mantener el equilibrio en este camino de aprendizaje… podemos insistir tanto en la Divinidad fuera de nosotros y creer que la Divinidad vive en espacios con condiciones especiales que nos perdemos en la búsqueda. El deseo de encontrar lo Divino nace de la necesidad de encontrar a Dios entonces servimos a todo lo que nos recuerde a Dios y esto puede ir desde una imagen, una religión, una filosofía hasta algún gurú… Al igual que en otras situaciones de la vida lo mas sano es buscar el equilibrio… y aquí la clave tiene que ver con no buscar fuera aquello que solo se encuentra dentro de nosotros, Dios vive más allá de las palabras en las acciones de cada uno de nosotros.

Espero este tema haya sido de provecho para todos, terminaré citando de nuevo a Bob con algunas recomendaciones que hay que tener presente para transitar el Sendero de la luz en otros:

Ten el sentido de una familia global. Piensa en cada persona como un mensajero de Dios. Háblale a la esencia de una persona y no a su personalidad. Trata de reconocer la luz en otros, aun cuando se haya conducido mal. Vive cada interacción como un encuentro sagrado.

En el camino del Amor y la conciencia me despido hasta un próximo encuentro.

Ely.